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Steve Harris y su banda British Lion conmovieron a todos en San Telmo

Museum Live – 16/11/2018
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Este viernes por la noche fue muy especial. Promediando noviembre, y todavía sin demasiado calor en el horizonte, en Museum Live (San Telmo) tocaba un grande. Sí, Steve Harris, el mítico bajista y líder de Iron Maiden, se presentaba con su proyecto paralelo, British Lion.
Si nos remitimos a la rica historia de este músico, uno de los referentes del Heavy Metal mundial, era impensado hasta muy pocos años atrás que pudiéramos verlo sobre un escenario sin ser parte de Iron Maiden. Pero los tiempos cambiaron, él quiso experimentar algo nuevo y de paso llenar los huecos sin actuaciones que tiene Maiden, y armó esta banda que lo reconforta y en donde canaliza su intensidad musical.

El mismo Harris contó a la prensa como se fue hilvanando este proyecto: “Originalmente, el vocalista Richard Taylor y Graham Leslie (guitarra) me enviaron una cinta con la música que hacían. En realidad debería mostrarles a todos cuánto tiempo pasó hasta que pude darle forma al proyecto debido a mis ocupaciones con Maiden. La verdad es que quedé muy impresionado con el material y decidí que debía ayudarlos un poco para que esas canciones, que eran potentes, salieran a la luz y no quedaran postergadas. Así fue como empezó todo”.

El resultado fue que se grabaron los temas y salió ese esperado disco de British Lion. Mostraba temas fuertes, pesados, con ciertos toques de Maiden, pero que estaban más emparentados con el Hard Rock, incluso hasta teniendo influencias progresivas y de bandas como UFO (Harris es fan declarado de la banda). Lo concreto es que, con este panorama, y luego de girar principalmente por Europa, British Lion desembarcaba en Sudamérica (Brasil, Argentina y Chile). Evidentemente la idea de Harris es la de ir ganando público y mercados de a poco, y como él siempre recalca, haciéndose bien de abajo, como cualquier banda under. Es que un enorme ídolo como él debe tener esa cuota de humildad para saber que aunque provenga de una banda como Iron Maiden, esto es otra cosa y, como cuando era un adolescente, hay que empezar a recorrer bares, recintos chicos con audiencias reducidas, e ir mostrando el material en vivo en cuanto lugar se pueda. Para realizar eso, y con los 62 años que actualmente tiene Steve, hay que tener fuego sagrado y amar la música por sobre todas las cosas.
Harris llegó temprano al local para probar sonido y se lo pudo ver en la puerta del local firmando autógrafos y sacándose fotos con algunos privilegiados que rondaban el lugar (así fue también en el hotel donde se hospedó). En cada lugar, y ante la mínima requisitoria, el talentoso bajista estuvo dispuesto para facilitar la tarea del fan y darle la alegría de su vida.
Lörihen fue la banda nacional de apertura, y dispuestos a dar un show contundente (pero corto), saltaron a escena. Muy buen set de los liderados por Emiliano Obregón, los cuales siguieron presentando su última placa “Desconexión”. La poca gente que aún había en el recinto los bancó a full y ellos dejaron todo, como siempre, durante el show. Al costado del escenario nos enteramos que se tenían que ir al toque una vez finalizada su actuación ya que más tarde tocaban en Zadar de Wilde. Imaginé que lo harían en horario trasnoche así podían comer una pìzza y recuperar el desgaste realizado. Siguen a full y eso es bueno.
La complicada situación económica adosada a la catarata de visitas que llegan semanalmente de todas las partes del mundo, pudo haber influido en la merma de convocatoria, además del poco conocimiento que tiene el público en general acerca de British Lion. Lo cierto fue que el show se tornó como algo íntimo y exclusivo. Poco más de 500 personas se agolparon cerca del escenario. Solo hubo una consigna ¡A disfrutar del show!
Desde el primer tema (“This Is My God”) se notó que la banda salió a full, a avasallar, y en especial Harris. Se intuye que para los demás integrantes de la banda, todas las giras son como una especie de novedad y un verdadero “sueño del pibe”, pero se la juegan, y además de disfrutar, dejan la vida sobre el escenario. Eso justamente se reflejó a lo largo de la noche. Richard Taylor, vocalista de la banda, mantuvo siempre una actitud muy comunicativa con la audiencia y cantó con emoción. Cumplió su papel dignamente aunque a veces parece limitado para llegar a ciertos rangos vocales. Los violeros, flacos y de gran estatura, hicieron también un buen trabajo mientras la banda desgranaba temas pertenecientes a su primera placa mezclados con muchos temas nuevos que se han ido sumando al show progresivamente. Ese fue el caso de “Spitfire”, tema que hace poco subieron a las redes y que fue bien recibido por la gente. Es que British Lion ya tiene listo el material para lo que será su segundo disco y sólo están a la espera de que Harris confirme su cronograma de Maiden, para saber cuál es el mejor momento de editar el trabajo durante 2019.
Yendo puntualmente a lo que Steve Harris hizo sobre el escenario, lo podríamos definir como grandioso. Cantó todos los temas, se movió de derecha a izquierda y viceversa, en el centro del escenario se juntó con el cantante y le puso su energía tremenda al show. Hombre de mil batallas, y que ha tocado en los mejores escenarios y en los más renombrados festivales de todo el mundo, dejó todo sobre las tablas, como si tocar en Museum fuese lo mismo que hacerlo en Rock In Rio, en donde recalará con Maiden en octubre del año que viene.
Demás está decir que concentró todas las miradas del público y que a nadie le interesó que eso se notara. La devoción por un verdadero ídolo, por un grande, es así, sin vueltas (aunque el público argentino es tan bueno que también hubo cantito para Richard Taylor).
El nivel del set fue parejo y así fueron pasando: “Lost Words”, “These Are The Hands”, “Last Chance” y “Us Against The World”, entre otras. Un punto alto fue “Lightning”, un tema nuevo que han agregado al set últimamente y que se mostró potente y pesado. El final fue intenso y poderoso con “Judas”, “A World Without Heaven” y “Eyes Of The Young”.
Muñequeras al público, bajo alzado como trofeo de guerra en el saludo, gente que delira y se emociona, más el aplauso que aprueba. Todo eso sucedió en esos últimos instantes y así concluyó todo.
Gratitud fue la palabra que más escuché mientras me retiraba de Museum y el público se dispersaba por las calles de San Telmo. Steve Harris no defraudó y su British Lion tampoco. Se nota claramente que el segundo disco va a ser más pesado y trabajado, y seguramente gustará más. Mientras tanto, la banda va ajustando tuercas en vivo para poder sonar cada vez mejor. Mientras la calle Perú nos guía hasta la boca del subte, me pellizco para saber que fue verdad, que disfrutamos al mejor Steve Harris a pleno y muy cerca, lo vimos tocar como nunca, y eso no tiene precio. Ojalá haya más noches como esta.

Nota: Recordemos que antes de llegar a Sudamérica, British Lion participó del Monsters Of Rock Cruise (febrero de este año) y después giró por Canadá. Su paso por el famoso crucero lo reflejamos en nuestra edición Nº 34. Si aún no la tenés, solicitala a efectometal@gmail.com
 

Por Ricardo Puiggrós
Foto: Romina Gillón
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