Lo que retenemos de la edición 2018 es, ¡cómo toca Satriani! En sus más de tres décadas de carrera a depurado su estilo llevándolo a la perfección. Toda su destreza técnica no le quita el espacio a las estructuras de canción y a las líneas melódicas claras e interesantes.
El que fuera instructor de guitara de Steve Vai y Kirk Hammett (Metallica) está en lo más alto de su nivel, como se puede comprobar en el delicado “Cherry Blossoms” o el furioso “Thunder High OnThe Mountain” ambos temas incluidos en su más reciente trabajo “What Happens Next”.
Siempre es un deleite ver al eterno hippie Uli Jon Roth y que mejor si viene presentando un repertorio de su época en los Scorpions. Sus versiones de clásicos como “We'll Burn The Sky” y “Fly To The Rainbow” suenan inspiradas y todos los detalles psicodélicos y progresivos de estas piezas respiran nuevos aires.  El punto central de su set es una sinfonía de acoples digna del mismísimo Jimi Hendrix.
Lo de John Petrucci es más difícil de apreciar. Seguro que a Joe Satriani y a Uli Jon Roth no se les puede ganar en el terreno de lo melódico. Ambos son de los más finos y depurados guitarristas que se pueda escuchar. Así que Petrucci eligió jugar el partido en su propio terreno, evitando todo lo que se pueda parecer a una melodía definida o a una estructura clara. Ésta es una píldora dura de tragar. La fría recepción puede haberse debido a que a muchos de los presentes quizás nos falten elementos para entenderlo.
El verdadero encanto del G3 es el final, cuando los tres guitarristas improvisan juntos sobre “Highway Star” de Deep Purple, “Immigrant Song” de Led Zeppelin y el clásico de Dylan popularizado por Hendrix, “All Along The Watchtower”. Ahí se los ve sacándole punta a los dedos y divirtiéndose a más no poder. El palpable espíritu de camaradería es el final perfecto para una noche brillante.