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Jinjer fue un aluvión de metal que arrasó Colegiales

Teatro Vorterix – 3/12/2018
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Hace dos meses la gente de Noiseground y MTS anunciaron que traerían a la banda sensación del momento, Jinjer, y que tocarían en The Roxy Live. Contra todo pronóstico, agotaron entradas en poco más de 7 días y el espectáculo se realizó en el Teatro Vorterix, que contaba con una muy buena cantidad de asistentes.

A su vez, la noche contó con dos invitados de lujo. Los chicos de Xeven que abrieron la jornada y mostraron que tienen mucho para ofrecer. Habrá que estar atentos…
La segunda banda invitada fue Against, quienes demostraron por qué son una de las bandas más importantes de la escena del momento. Su show fue muy enérgico y entretenido. Cada integrante iba recorriendo el escenario mientras que en la pantalla al fondo pasaban videos que ilustraban las canciones. Buen set y luego de retirados del escenario, todo era ansiedad por lo que venía.
Mucha expectativa y emoción había en el recinto por ver a los ucranianos. Desde que terminó Against hasta que arranco el show la gente no paró de cantar y pedir a los gritos que se apagaran las luces. Finalmente 21:27 la intro se apoderó de los parlantes y Jinjer salió a escena con la brutal “Captain Clock” canción que muestra el costado más extremo del grupo, cuya propuesta se basa en un Metalcore bastante pesado y técnico con pinceladas de otros estilos como el Death Metal, el Djent y el Ñu Metal.
La lista continuó a pura energía con “Words Of Wisdom” perteneciente a su tercer disco “King Of Everything” y con “Ape” el primer adelanto del EP que saldrá a principios del año que viene.
A estas alturas del show, podíamos decir que el sonido era bueno, aunque a mi parecer, la guitarra se perdía en algunas partes. Este problema recién se acomodó para los últimos temas pero no logró afectar de manera fuerte la presentación.
En cambio, la batería, a cargo del gran Vlad Ulasevich, se lució con creces. Se escuchó perfecta y se podía apreciar a la perfección lo bien que este músico toca su instrumento. Párrafo aparte para el centro de atención, la cantante Tatiana Shmaylyuk, dueña de una voz poderosísima que pasaba de guturales muy potentes a cantos limpios melosos sin ninguna dificultad. Además, se da el gusto de explorar otros géneros con su voz, como el Hip Hop, por citar uno.
Sin dudas, ella fue la estrella de la noche y atrajo todas las miradas. Aunque poco habladora, se mostró muy comunicativa con el público y se notaba que estaba cantando con una pasión emocionante y  contagiosa. Tan contagiosa que el público estuvo todo el show haciendo pogo, incluso en las partes lentas, y entonando los típicos cantitos de fútbol en cada momento libre que encontraba.
La noche siguió a todo poder con “Sit Stay Roll Over”, que generó un circle pit digno de una agrupación de thrash y con otro adelanto del EP que saldrá pronto, “Teacher, Teacher” (todavía no fue lanzado como single). Luego le tocó el turno a una de las más esperadas de la noche, la hipnótica “I Speak Astronomy” donde la banda muestra su parte más oscura y encuentra un gran balance entre todas las facetas que tiene. Manteniéndonos en un estado y estilo de canción similar llegó “Dreadful Moments”, estrenada hace poco más de una semana.
Un grupo con tanta mezcla de estilos es imposible que no tenga una balada, o al menos una semi balada, así que la fantástica y emocionante “Pisces” tomó su lugar. Esta fue sin duda mi canción favorita de la noche. La fiesta, si, ya se apreciaba arriba y abajo del escenario y prosiguió con la popera y ganchera “Just Another” y la experimental “Perennial”.
Llegó la hora del final y fue con dos canciones de su segundo álbum “Cloud Factory”: “Who's Gonna Be The One”, que fue la que más inspiró al mosh y “I Want It I'll Get It” con una notable influencia del hardcore más clásico. Sin dudas un final a puro agite, pogo y gente volando por los aires.
A las 22:30, el grupo se tomó un foto con el público, arrojó objetos al mismo, agradeció semejante muestra de afecto y prometió volver. Esperemos que cumplan ya que dieron un recital muy bueno, con mucha garra y pasión que hizo que la duración y el leve problema con la guitarra pasaran inadvertidos.

Por Ignacio Azzarita
Foto: Andrés Violante
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