Una noche muy especial con un universo propio
Teatro Flores – 29/10/2019
Uno de los exponentes más importantes y representativas del metal sinfónico volvió a la Argentina para celebrar los 10 años de “Desing Your Universe”, uno de sus discos más exitosos. Hablo de los holandeses de Epica, que con sus visitas ya se transformaron en un clásico en el marco de recitales internacionales en nuestro país. El lugar elegido fue El Teatro Flores en el que la banda ha tocado en casi todas sus visitas. La productora a cargo del evento fue Icarus Music.
La banda local elegida para comenzar a musicalizar la noche fue Bloodparade, grupo que hace años viene luchándola en el ambiente del metal industrial y gótico. Su presentación fue muy entretenida, con mucha energía y contó con varios fanáticos festejando sus canciones.
La expectativa era alta ya que era la primera visita de Epica en la que presentaban una gira especial y no una presentación de nuevo material. Entre el público había gente que había asistido al show del 2010 donde presentaron la placa homenajeada y buscaban recordar esos tiempos y otra que no había podido asistir en esa oportunidad y no podían contener la emoción por escuchar esas canciones.
Alrededor de las 21:10, se apagaron las luces, la pista de “Samadhi” tomó el control del ambiente mientras uno a uno los integrantes ingresaron al escenario para arrancar el show a toda máquina con la poderosa “Resing To Surrender”.
Continuaron con los temas más conocidos del disco homenajeado, la infaltable “Unleashed” y la extrema “Martyr Of The Free World” que muestra el costado más death metal de la banda y su capacidad de mezclarlo con melodías más poperas y elementos sinfónicos.
Luego llegó el momento de las perlas de la noche, la positiva y dulce “Our Destiny” que fue sucedida por la canción más larga de la jornada “Kingdom Of Heaven” con aproximadamente 13 minutos de duración. Una exquisitez que pasa por momentos extremos, melódicos y hasta se da el gusto de coquetear con lo progresivo. Luego llegó el momento del primer tema de la velada que no pertenece al álbum homenajeado, “In All Conscience”, que pertenece a los bonus tracks de “The Quantum Enigma” editado en 2014.
A estas alturas ya se podían sacar varias conclusiones, la primera es la excelente labor del iluminador y el gran aporte de las luces al show. Siguiendo con el aspecto visual, el telón y las banderas que adornaban el escenario eran muy bonitos e invitaban a quedarse viéndolos con atención debido a sus detalles. Por último la distribución del escenario, poniendo al tecladista Coen Janssen en una tarima a la izquierda y al baterista Ariën van Weesenbeek a la derecha hacían que el escenario fuera más espacioso y que el resto de los integrantes pudieran recorrer cada rincón del escenario sin chocarse.
El sonido al menos en el medio fue bueno, aunque las guitarras saturaban un poco a mi parecer. También hay que destacar que hubo un par de inconvenientes con el retorno lo cual hizo que en algunos momentos haya algún pifie o corrida de tempo.
Dejando de lado estos detalles técnicos, que pueden suceder, el show dio la sensación de ver una de un alto nivel profesional. Nada estaba dejado al azar, todo estaba pensado para que emocione y conmueva a los asistentes. Tal así que cada uno de los miembros tuvo su momento de protagonismo para interactuar con la audiencia.
Luego del interludio otra perlita del setlist demolió el recinto. “Burn To A Cinder”, que fue seguida por la única balada de la noche, “Tides Of Time”, que gracias a ser un temazo y a la brillante interpretación de la cantante Simone Simons hizo que a más de uno se le escapara un lagrimón.
Llegó la hora donde el principal compositor, guitarrista y vocalista gutural, Mark Jansen, tomara la palabra para saludar y bromear un poco con la gente aunque su momento fue opacado por el carismático Coen que logró que el público le cantara: “pelado, pelado”. Un momento muy divertido que hizo reír tanto a los músicos a los responsables del cántico.
El asunto prosiguió con un enganchado entre las canciones “Deconstruct” y “Semblance Of Liberty”, las menos populares de la placa que cumplía 10 años.
Los puntos más altos de la noche fueron los dos bombazos siguientes, la infaltable “Cry For The Moon” cantada a todo pulmón por el público que estaba prendido fuego y la queda nombre y concepto al disco homenajeado, la potente “Desing Your Universe”.
Luego de una breve pausa el guitarrista Isaac Delahaye y el ya mencionado Coen tomaron la palabra y siguieron bromeando con la pelada del tecladista. Tan así que pidieron que toda la gente gritara “bald” que significa calvo. El resto de los miembros ingresaron al escenario flameando una bandera Argentina, acto que fue más que aclamado.
Después de este gracioso episodio una accidentada versión de “Sancta Terra” demostró la capacidad de la banda para remontar un error técnico. El micrófono principal fallo, por ende la primera estrofa no fue escuchada pero para el final del tema Coen e Isaac bajaron a tocar entre el escenario y el vallado, cosa que hizo olvidar el inconveniente.
Ya para terminar la más agitada de la noche “Beyond The Matrix” puso a todo el mundo a saltar y por último el cierre definitivo para la presentación, la gran “Consing To Oblivion” con su también infaltable wall of death, digno de un recital de una banda de thrash metal.
Los músicos saludaron, arrojaron cualquier cantidad de artefactos al público y dejaron el escenario, muy contentos y triunfantes, después de una noche emotiva donde todos pudimos viajar una década en el tiempo y recuperar fuerzas y energías para tratar de diseñar nuestro propio universo.
Por Ignacio Azzarita
Foto: Andres Violante
Nota: Si querés ver más fotos de este show, andá a Galerías de Fotos
Encabezado 2
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