“Mis compañeros de Electric Taurus se volvieron locos con Pappo’s Blues”
Nos encontramos con Mauro Frisón, el baterista argentino integrante de Cruachan, la mítica y pionera banda irlandesa de folk metal. La reunión fue en el día de su cumpleaños, que tuvo lugar en La Plata, ciudad de donde él es oriundo. En medio del brindis con sus familiares y amigos, Mauro nos cedió unos minutos para respondernos algunas preguntas. Una charla muy interesante y exclusiva con un gran músico argentino que está haciendo historia en Europa.
¿Cómo fue que decidiste irte a Irlanda y cómo fue que entraste a tocar a Cruachan?
Desde muy chico tomé la decisión de irme a vivir a Europa, lo primero que hice fue hacer los papeles de la ciudadanía, preparándome económicamente también, Después conocí a mi chica, que es de Europa, y eso reforzó mi idea de ir a probar suerte, como que se volvió más sólida la meta. En cuanto al tema musical, fue ir a probar a ver qué pasaba. En Argentina toqué en bandas de La Plata y Capital. Tuve la suerte de hacer previamente una especie de puente, por así decirlo, ya que hice algunas fechas acompañando a Duncan Patterson, ex Anathema, y ese fue un contacto muy importante para mí porque incluso grabamos dos discos e hicimos dos giras con su banda Alternative Four. Fue muy importante, te decía, ya que me probé en Cruachan por recomendación de él. Yo no recordaba incluso que Cruachan era de Irlanda. Tenía un par de casettes de ellos en mi casa de Argentina, “The Middle Kingdom” y “Pagan”, y me gustaba mucho la mezcla de folk con metal. En un momento, Alternative Four quedó en stand by y me entero de que Cruachan estaba adicionando bateristas. Les gustó mucho mi estilo que coincidió con sus ganas de sonar más extremos. Ya llevamos 2 discos grabados, “Blood For The Blood God” y “Nine Years Of War”, que tienen un sonido más orientado al black metal primigenio onda Bathory, sin dejar de lado parte folk tan característica de la banda.
¿Cuáles fueron las grandes diferencias que notaste cuando empezaste a girar con Cruachan por los grandes festivales europeos, ya que es un banda muy respetada en el viejo continente? ¿Qué fue lo que más te sorprendió de esos escenarios, y camarines?
Las tengo frescas esas diferencias ya que se las cuento a mis amigos cuando vengo a La Plata. La primera gran diferencia es que me topé con una banda que no ensaya. Les decía: “¿Qué días tienen para ensayar, ensayamos dos veces o tres por semana?”, como se usa en Argentina, y me decían: “No, si las canciones ya las sabemos todos. Nos juntamos en alguna ocasión puntual para comprobar que cada uno las sepa, antes de una gira o lanzamiento de disco”. Me tuve que acostumbrar a eso, a practicar más en casa. Esto lo hable con otras bandas de otros países de Europa y todos te dicen lo mismo, medio en serio, medio en broma:“Ensayar es para cobardes” (risas). Se ensaya mucho menos que en Argentina, pero hay mucho mayor compromiso de cada uno estudiando en su casa.
Y tocar en los grandes festivales…
Es un sueño hecho realidad, más cuando tenías o veías esos posters espectaculares de los festivales enormes. Medio que no lo podía creer, estar tomando algo en la cafetería o buffet, compartir fiestas o estar en los camarines con tantos músicos grosos. Incluso se hacen certámenes de karaoke en la zona de backstage, algo interno para los músicos, y me tocó, todavía no lo puedo creer, compartir una canción de Dio con Belladonna de Anthrax. Es como que entre músicos se tratan de igual a igual. Otra cosa que me impresionó es la organización de los festivales. Vos previamente, al comienzo del festival, enviás un PDF o documento con todo lo que necesita la banda: alojamiento, comidas, los amplificadores, batería, modelo de platillos y demás requisitos. No estaba acostumbrado para nada a eso, viajar a otro país solamente con mis palillos y mis compañeros solamente con sus instrumentos. Imaginate, yo llego, me presento y me dicen: “¿Vos sos Mauro, el baterista? Podés tocar con esto o con esto, ¿no querés ir al galpón de baterías y elegir lo que más te guste? ¿Querés lo que decía el documento de Cruachan o querés otra cosa?”. Yo como estaba acostumbrado a lo que fuese, “que venga lo que venga” como quién dice, me costó mucho romper ese preconcepto y decir: “Quiero un platillo más” o “No me gusta este set, ¿se podrá cambiar por otro?” y me decían: “Sí, tenés este, este y aquel otro”, y yo onda “cualquiera que más o menos me sirva” y me respondían medios enojados: “No, flaco, cualquiera no, porque me la complicas”, a ese nivel de profesionalismo trabajan. Pero lo más sorprendente de todo, por lo menos para mí como batero, es que la prueba de sonido la podés hacer incluso un día antes. Probás sobre un pallet con rueditas que después lo llevan con los otros sets de baterías y queda todo armado desde el día anterior. Y el día que toca la banda, ponele que te toque subir al escenario a las siete de la tarde, vos tenés que estar 10 minutos antes a un costado, suben tu batería a la zona previamente marcada, y vos entras con tus palitos, te sentás y tocás, no tenés que hacer nada. No hay chequeo previo de nada, está todo bien a la hora de subir al escenario.
¿Cuáles son los pasos futuros de Cruachan, tienen contemplado venir para Sudamérica?
Tenemos algunas propuestas para venir para estos lados, de hecho el año pasado tuvimos que cancelar un tour por Sudamérica, que después iba a ser una gira por Argentina y Brasil, al final iba a ser solo por Brasil, pero después tuvo problemas el productor y tuvimos que cancelar todo. Pero ganas de venir, siempre. Y sí, se sabe que la movida de folk metal está creciendo un montón, es muy respetado Skiltron, banda que además son amigos nuestros desde hace años, ellos tocaron en el Wacken y muchos festivales en Europa. A ellos les va muy bien allá. Volviendo a tu pregunta, los planes para Cruachan son presentar el disco que sacamos en año pasado lo más que se pueda, mientras empezamos a componer nuevo material para un disco que se va a grabar el 2020, la idea es hacer algo más denso y oscuro, más doom si se quiere, respetando obviamente el estilo del grupo.
Vos también tenés tu propio proyecto personal llamado Electric Taurus, muy influenciado por la música de Pappo, ¿cierto? ¿Qué opinaron el resto de tus compañeros al saber del sonido tan denso del Carpo, un músico argentino?
Somos una banda cuyos integrantes son de distintos países: Yo, baterista argentino, el cantante y guitarrista es italiano y el bajista es irlandés. Les hice escuchar Pappo’s Blues, Crucis, muchas bandas del rock progresivo de los ‘70 en Argentina y se volvieron locos. Me preguntaban: “¿Cómo que en Argentina existía ese sonido que estaba a la par de lo que pasaba en Inglaterra y el resto de Europa?” Se volvieron locos con Pappo´s Blues. Éste guitarrista italiano descubrió que era Pappo Napolitano y se volvió loco mal, ya que él es de Nápoles. Y un día jodiendo en el ensayo tiramos un cover de Pappo’s Blues, nos gustó mucho como quedó, ya que era el estilo que queríamos hacer, y de ahí en más quedó como influencia principal de nuestra banda. El año pasado no hicimos nada, tal vez nos reactivemos en este 2019. De hecho tenemos un disco listo que estuvo a punto de salir pero rompimos el contrato con un sello independiente que no cumplió. Así que la idea sería lanzarlo este año en formato vinilo, una tirada chica con una gira de respaldo. Tenemos el disco editado “Veneralia” y un split con una banda italiana, en el que grabamos una canción de más de 20 minutos, ambos con su correspondiente mini gira de presentación y este tercer disco “Riders”, que no salió y que es re Pappo’s Blues (risas).
¿Te gustaría presentarte con Electric Taurus en Argentina, ante tu gente?
Sí, a full, sería un sueño realmente.
La última, Mauro. Hay mucho músico joven que tiene ganas de ir a probar suerte del otro lado del charco. ¿Qué consejos les darías? Yo les diría que si no tienen mucho que perder o arriesgarlo todo como hice yo, que se animen y prueben, siempre pueden volver, de última. Es todo un poco más accesible allá, más si sos baterista. En Europa hay muchos guitarristas, bajistas y cantantes, pero bateristas no hay muchos, como en todos lados. Yo recomiendo que se animen y prueben, no solo en Europa, sino en otros países de Latinoamérica u otra provincia argentina, te hace crecer mucho como persona y te ayuda en tu crecimiento como músico.
Por Coco Cabrera
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